jueves, 21 de abril de 2016

El frasco de la calma

¡Buenos días a todos/as!

Qué ganas tenía de contaros que... ¡habemus frasco de la calma! jeje
Hace días que lo fabricamos en mi clase, pero no había tenido tiempo de enseñároslo. Lo pasamos genial haciéndolo y lo mejor de todo, ¡funciona!

Ahora os cuento cómo lo hemos hecho, pero antes os dejo una breve explicación extraída de upsocl:

¿Qué es el frasco de la calma?
María Montessori (1870-1952) fue una gran mujer que creó un método novedoso y revolucionario para educar a los niños. Esta educadora, médica, psiquiatra, filósofa y feminista, buscó la forma de sacar a la luz todas las potencialidades de los niños sin recurrir al castigo, sino a través del afecto y del respecto. Así, en un ambiente enriquecido y preparado con la infraestructura y los materiales necesarios, los más pequeños pueden desarrollar sus habilidades en un proceso individual, guiado por profesionales.
Dentro de las ideas de María Montessori, ella desarrolló lo que se conoce como “el frasco de la calma”, una idea revolucionaria para calmar las rabietas de los niños.


Se trata de un simple frasco de plástico que es llenado con agua, pegamento y purpurina. Cuando el/la niño/a sea atacado por un momento de pena, llanto, estrés o rabia, simplemente puedes pasarle el frasco de la calma para que lo agite y se distraiga con la belleza de sus brillos y sus formas por un rato. Poco a poco comienza a calmarse, enfocando su atención en el frasco. Se le puede ayudar hablándole de forma calmada y con mucho cariño. Aconséjale que respire profundo y tranquilo.


No solamente sirve para calmar una rabieta particular, sino que funciona a largo plazo. Poco a poco, el niño se irá haciendo más consciente de su respiración; cada vez que se sienta estresado, con miedo o rabia, tomará él mismo el frasco para despejar su mente, vinculando así la reducción de la ansiedad o la angustia con el despejar su mente mediante ejercicios de concentración y respiración.

Importante: ¡El frasco de la calma no es un castigo!


¿Cómo se hace?
Para su elaboración necesitamos una serie de materiales que es importante sean adaptados, no peligrosos y no tóxicos.

Necesitamos:


- Un bote de plástico transparente,
- pegamento líquido (adecuado para niños),
- purpurina (color o colores al gusto),
- colorante alimenticio (opcional) y
- agua tibia.

Pasos para su elaboración:


1º paso: Llenar el bote con agua tibia-caliente. Nosotros al hacerlo en clase y no tener para calentar el agua, directamente colamos el bote debajo del grifo (ya saliendo agua caliente).

2º paso: Introducimos el pegamento. Nosotros echamos el bote entero. Se remueve para mezclar con el agua.

3º paso: Ponemos la purpurina. En este caso fueron dos tarritos: uno color plata y otro rojo-granate. Volvemos a remover muy bien. 

4º paso: Es el turno del colorante (sin foto por problemas técnicos). Echamos 3-4 gotitas de colorante rojo. Removemos de nuevo. 

Antes de cerrar: asegurarnos que no necesita más color ni más purpurina. Es cuestión de gustos.

5º paso: Cerrar el bote. Para evitar derrames forramos con papel film y sellamos la tapa con pegamento (si tenéis silicona caliente mucho mejor).


Y... ¡ya tenemos nuestro frasco de la calma!


También se pueden incluir juguetes pequeños dentro o figuras como estrellas, corazones, etc., o agregar pintura de colores flúor. Y en algunas explicaciones vistas por Internet mencionan como material complementario al agua, el champú.

Como ya os he comentado en alguna ocasión el centro en el que estoy este año tiene los edificios de E. Infantil y E. Primaria separados y, por ello, tengo algunos de los materiales por duplicado, y el frasco es uno de ellos. Así ha quedado el otro:


(Este además de ser un poquito más grande tiene también unas gotitas de colorante amarillo, por eso el color no es exactamente igual al anterior). 

Aquí os dejo el tutorial de Youtube del cual me fijé para hacerlo (aunque no lo seguimos al pie de la letra): 



Lo mejor de hacerlo ha sido la ilusión vista en mi alumno y la emoción cuando contaba a compañeros y profesores lo que había hecho y para qué servía (fuimos por las clases mostrando el resultado). 
Poco a poco estamos aprendiendo a utilizarlo y a introducirlo cuando es necesario, teniendo unos resultados muy positivos. 


¿Utilizáis en vuestras clases o casas algún recurso para que los peques se relajen? 
¿Tenéis frasco de la calma? ¿O mesa de la paz? 

Si es así contadme, es un tema que me interesa bastante. 
¡Muchas gracias!



¡Si te ha gustado la entrada no dudes en compartirla en tus RRSS!
¡GRACIAS!


6 comentarios :

  1. Gracias por compartir tu artículo con nosotros.En mi cole utilizamos la figura de mediador para calmar a compañeros con problemas conductuales.

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  2. Hola Isabel, me re gustó la idea. No trabajo particularmente con niños, pero pienso hacer uno para mi jaja. Muy interesante tu blog! Un saludo, espero seguir leyendote!

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    1. Hola Arturo, jeje, seguro que te va genial también, ¡es genial! ¡Muchas gracias por tus palabras! ¡Te espero por aquí! Saludos.

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  3. Genial tu blog!! lo he descubierto hace poco y me encanta!! además me sirve de mucha ayuda...lo voy a recomendar...Muchas gracias!!

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